En 2017, la vida de Anita y Juan dio otro giro inesperado. A Juan le surgió una oportunidad de trabajo que lo llevaría a la otra punta del mundo: Vietnam.
Aunque la idea de mudarse tan lejos de casa parecía aterradora, también les ofrecía una oportunidad única. La posibilidad de conocer una cultura completamente nueva, aprender un idioma diferente y experimentar la vida en un lugar tan distinto a todo lo que conocían, les resultaba emocionante. Además, representaba una nueva aventura para los dos, una chance de seguir creciendo y de explorar nuevos horizontes.
La decisión no fue fácil, pero, como siempre, se apoyaron mutuamente. Juan, de manera valiente y con la mente abierta, dejó atrás su vida en Neuquén y emprendió el viaje hacia la Ciudad de Da Nang.
Al llegar, todo fue una explosión de nuevos sonidos, colores, sabores y olores. Hoi An, Hanoi, Ho Chi Minh, las playas tropicales y los mercados llenos de vida se convirtieron en su nuevo mundo.
La experiencia en Vietnam no solo les permitió crecer como pareja, sino también como individuos. Ambos comenzaron a ver el mundo de manera diferente, sus ojos se abrieron a nuevas posibilidades y a la riqueza de otras culturas.
Además, tuvieron la oportunidad de viajar por Asia, conociendo países vecinos como Tailandia y Filipinas, explorando templos antiguos, playas paradisíacas y paisajes impresionantes.
La pandemia de COVID-19 cambió el escenario de manera drástica. Vietnam, que había sido relativamente estable en comparación con otros países, cerró sus fronteras y las restricciones de viaje comenzaron a imponerse.
A pesar de la incertidumbre y las dificultades que trajo la pandemia, Anita y Juan se apoyaron más que nunca. La experiencia de la distancia y de vivir en Vietnam les regaló la posibilidad de fortalecer aún más su conexión y de enfrentar los desafíos juntos.
Amar no es mirarse el uno al otro: Es mirar juntos en la misma dirección.
Anónimo
