En 2014, después de haber vivido una etapa de crecimiento personal y profesional, Anita y Juan tomaron una decisión importante: mudarse a Neuquén, la ciudad donde Anita creció.
La mudanza implicaba adaptarse a un nuevo entorno, alejarse de la vida que habían construido en BA y enfrentarse a los desafíos de empezar de nuevo en una ciudad más pequeña y tranquila.
Para Anita, regresar a su ciudad natal significaba reconectar con sus raíces, con los lugares y recuerdos de su infancia, y con su familia, que siempre había sido un pilar fundamental en su vida.
Juan, por su parte, aceptó el cambio con el mismo espíritu de aventura que siempre lo caracterizó. Sabía que mudarse a Neuquén representaba un nuevo comienzo.
La mudanza a Neuquén les permitió a ambos redescubrirse y reafirmar su amor, pero también disfrutar de una vida más tranquila y cercana a la naturaleza. De vez en cuando, escapaban a las montañas cercanas para hacer caminatas y disfrutar del paisaje, creando nuevos recuerdos y nuevas historias juntos.
Neuquén se convirtió en su hogar, un lugar donde, aunque las cosas fueran diferentes, siempre estaban juntos, enfrentando los cambios con una sonrisa y con la certeza de que, sin importar el lugar, su amor seguiría siendo lo más importante.
El hogar no es donde naciste. El hogar es donde cesan todos tus intentos de fuga.
Naguib Mahfuz
